Enfermedad de injerto contra huésped

La enfermedad injerto contra huésped (EICH) es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad tras el trasplante alogénico de células hematopoyéticas (TCH).

Se produce cuando las células T del donante responden a los antígenos histoincompatibles en los tejidos del huésped.

Las manifestaciones clínicas determinan si los signos y síntomas de la EICH son agudos, crónicos o constituyen un síndrome de superposición.

La EICH aguda clásicamente ataca la piel, el tracto gastrointestinal y el hígado. La EICH crónica, en cambio, puede afectar prácticamente cualquier órgano.

La profilaxis estándar para la EICH consiste en un inhibidor de la calcineurina combinado con dosis bajas de metotrexato o micofenolato. Se pueden considerar fármacos profilácticos adicionales en ciertos pacientes.

El tratamiento implica el uso de corticosteroides sistémicos con inmunosupresores adicionales según esté clínicamente indicado.

Los cuidados de soporte y la monitorización son componentes esenciales del manejo de la EICH, con énfasis en la profilaxis de infecciones, la fisioterapia, el estado nutricional, el control del dolor y la monitorización de las interacciones farmacológicas y los efectos adversos relacionados con los fármacos.

La EICH es una complicación grave y potencialmente mortal después de un trasplante alogénico de células hematopoyéticas. La EICH se produce cuando las células T del donante responden a los antígenos histoincompatibles del huésped en los tejidos del mismo.

Las manifestaciones clínicas determinan si la EICH es aguda o crónica.

La EICH aguda afecta clásicamente la piel, el tracto gastrointestinal y el hígado y, por lo general, se presenta en los 100 días posteriores al trasplante de células hematopoyéticas. Sin embargo, en algunos casos, la EICH aguda también puede desarrollarse o persistir más allá de los 100 días posteriores al TCH (es decir, EICH aguda tardía).

Las manifestaciones clínicas de la EICH crónica son variables, afectan a casi cualquier órgano y pueden parecerse a las observadas en las enfermedades autoinmunitarias. Por lo general, la EICH crónica se presenta después de 100 días tras un TCH. Puede surgir de la EICH aguda (tipo progresivo), después de un período de resolución de la EICH aguda (tipo quiescente o interrumpido), o presentarse de novo.

Algunos pacientes pueden presentar manifestaciones clínicas de EICH aguda y crónica (es decir, síndrome de superposición).