Etiología

Orientación de confianza

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MaagklachtenPublicado por: NHGPublicado por última vez: 2025

La infección por Helicobacter pylori puede causar gastritis, tanto aguda como crónica.[3]

La gastritis aguda implica una inflamación temporal de aparición repentina del revestimiento del estómago. Puede deberse a una cirugía, estrés en la mucosa gástrica, quemaduras, sepsis, fármacos o infecciones. Cuando la infección no se elimina de manera efectiva, puede provocar gastritis crónica.[3]​ La gastritis crónica es el resultado principal de la infección infantil por H. pylori.[24]

La gastritis crónica puede comenzar con una morfología no atrófica (inflamación del revestimiento del estómago sin pérdida de tejido) y avanzar a una morfología atrófica (adelgazamiento del revestimiento del estómago y pérdida de glándulas debido a una inflamación prolongada). Se puede observar un estómago libre de ácido permanente con gastritis atrófica en los casos más extremos.[24]​ La erradicación de H. pylori antes del avance a la etapa atrófica puede ser beneficiosa.[25]

La gastritis aguda erosiva puede ser causada por el consumo/uso indebido de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o alcohol.[2][26] Entre los factores que se ha identificado que ponen a los pacientes en mayor riesgo de sufrir complicaciones gastrointestinales (GI) relacionadas con AINE se incluyen antecedentes de eventos GI (úlcera péptica, hemorragia), edad >60 años, AINE a dosis altas y uso concomitante de corticosteroides o anticoagulantes.[27][28]

La gastritis erosiva también puede deberse al reflujo de las sales biliares hacia al estómago como resultado de disfunción pilórica (p. ej., tras una cirugía gástrica).[4][5][6][7]

Los pacientes en estado crítico corren el riesgo de desarrollar sangrado GI inducido por estrés.[8] Los principales factores de riesgo asociados a una hemorragia clínicamente importante son la ventilación mecánica durante >48 horas y la coagulopatía (recuento de plaquetas <50 × 10⁹/L [50 × 10³/microlitro], el tiempo parcial de tromboplastina >2 veces el límite superior del rango normal, ratio internacional normalizada >1.5).[8]

La gastritis atrófica mediada de manera autoinmune se asocia con el desarrollo de anticuerpos contra las células parietales gástricas (presentes en aproximadamente el 90% de los pacientes).[2][9][29] Entre las enfermedades autoinmunes que se asocian con un mayor riesgo de sufrir gastritis autoinmune se incluyen la enfermedad tiroidea, la insuficiencia adrenocortical idiopática, el vitiligo, la diabetes mellitus tipo 1 y el hipoparatiroidismo. La ascendencia nórdica o escandinava es un factor de riesgo reconocido para la gastritis autoinmune.[9][20]

La gastritis flemosa no es una forma inusual de gastritis aguda causada por Staphylococcus aureus, estreptococos, Escherichia coli, Enterobacter, otras bacterias gramnegativas y Clostridium welchii.[10][11][12][13]

La gastritis enfisematosa es una infección rara de la pared del estómago causada por organismos productores de gas como C welchii.[10][11][12][13]​ Los factores de riesgo para la gastritis enfisematosa incluyen cirugía gástrica, uso de corticosteroides, uso de AINE, ingestión de agentes corrosivos, estrés, diabetes mellitus, inmunodeficiencia, alto consumo de alcohol, desnutrición e insuficiencia renal.[30]

Fisiopatología

Existe una serie de procesos que se caracterizan por la inflamación aguda y crónica y a la alteración de la capa protectora de la mucosa gástrica:

  • La infección por Helicobacter pylori induce una respuesta inflamatoria grave con degradación de la mucina gástrica y aumento de la permeabilidad mucosa, seguida por citotoxicidad epitelial gástrica.​[2]​​​[3]

  • Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y el alcohol disminuyen el flujo sanguíneo de la mucosa gástrica con pérdida de la barrera protectora de la mucosa.[2] Los AINE inhiben la producción de prostaglandinas, mientras que el alcohol promueve la disminución de los compuestos sulfhidrilos en la mucosa gástrica.[26]

  • En la gastritis atrófica autoinmune, los anticuerpos contra las células parietales estimulan un infiltrado linfocítico, mononuclear e inflamatorio que involucra la mucosa oxíntica, lo cual lleva a la pérdida de las células principales y parietales en el cuerpo gástrico.[2][29][31][32]

  • La alta concentración de ácido clorhídrico que normalmente existe en el fluido gástrico impide el crecimiento bacteriano en el estómago y en el intestino delgado. La atrofia gástrica y los fármacos antiácido elevan el pH gástrico y dañan la barrera ácida que impide el crecimiento bacteriano excesivo. En circunstancias muy poco frecuentes, puede que los daños sufridos por la mucosa gástrica (p. ej., úlcera gástrica o carcinoma, ingesta de materiales cáusticos, ingesta de cuerpos extraños) permita que las bacterias ingeridas se conviertan en invasivas y den como resultado una gastritis flemonosa.[33] En la gastritis flemonosa, el proceso supurativo implica principalmente la submucosa y la capa muscular de la pared gástrica.[33]

Clasificación

Clasificación etiológica

Existen varios sistemas de clasificación que describen las causas de la gastritis y sus correspondientes características histológicas. Entre las clasificaciones en uso se incluyen el sistema de Sydney actualizado y el sistema del grupo Operative Link on Gastritis Assessment (OLGA).[14][15] En la práctica clínica, una clasificación etiológica proporciona una base para la terapia. Entre las causas etiológicas responsables del desarrollo de gastritis se incluyen:

  • Infección por H pylori

  • Sustancias químicas

    • Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o alcohol

    • Reflujo biliar

  • Asociada a autoinmunidad

  • Isquemia de la mucosa

  • Invasión bacteriana de la pared gástrica

Clasificación de Kioto

La puntuación de clasificación de Kioto para la gastritis se puede utilizar para determinar el riesgo de H. pylori y cáncer gástrico. Una puntuación de 2 o más representa un mayor riesgo de infección por H. pylori, mientras que una puntuación de 4 o más representa un mayor riesgo de cáncer gástrico. La clasificación se desglosa a continuación:[16]

  • Atrofia de la mucosa (0: ninguna - C0-CI según la clasificación de Kimura-Takemoto, 1: leve - CII-CIII, 2: grave - OI-OIII)

  • Metaplasia intestinal (0: ninguna - no presente, 1: leve - en el antro, 2: grave - hasta el cuerpo gástrico)

  • Pliegues gástricos engrosados (0: negativo - el ancho del pliegue gástrico es menor de 5 mm, 1: positivo - el ancho del pliegue gástrico es de 5 mm o mayor)

  • Nodularidad (0: negativo - ausente, 1: positivo - presencia de pequeños nódulos en el antro)

  • Enrojecimiento difuso (0: ninguno - ausente, 1: leve - vénulas colectoras con translucidez leve en el cuerpo gástrico, 2: grave - vénulas colectoras con translucidez marcada en el cuerpo gástrico)

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