Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

presencia de factores de riesgo

Los factores clave incluyen la edad entre los 45 y 49 años, la infección por el virus del papiloma humano (VPH), varias parejas sexuales, el inicio precoz de la actividad sexual (menores de 18 años) y la inmunosupresión.

sangrado vaginal anormal

Sugiere una enfermedad más avanzada.

sangrado poscoital

Sugiere una enfermedad más avanzada.

infrecuente

dolor pélvico o de espalda

Sugiere una enfermedad más avanzada.

dispareunia

Sugiere una enfermedad más avanzada.

masa en el cuello uterino

Se puede detectar en un examen vaginal.

sangrado en el cuello uterino

Se puede detectar en un examen vaginal o con espéculo.

Otros factores de diagnóstico

común

flujo vaginal mucoide o purulento

Sugiere una enfermedad más avanzada.

infrecuente

obstrucción renal, intestinal o de vejiga

Sugiere una enfermedad más avanzada.

dolor óseo

Puede sugerir metástasis ósea.

Factores de riesgo

Fuerte

infección por el virus del papiloma humano (VPH)

Los VPH 16 y 18 son los tipos de virus de alto riesgo más frecuentes. Otros tipos de virus de alto riesgo incluyen los VPH 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82.[26][27]

Los polimorfismos del huésped y el estado de salud general (mala nutrición, tabaquismo, inmunosupresión crónica) interactúan con este factor de riesgo.[35]

grupo etario

En EE.UU., el cáncer de cuello uterino se diagnostica con mayor frecuencia en la mediana edad (más frecuentemente en mujeres de 35 a 44 años).[4]

La mediana de edad en el momento del diagnóstico es de 50 años; Aproximadamente el 20% de las mujeres son diagnosticadas mayores de 65 años.[4]

Infección por VIH

La incidencia de cáncer de cuello uterino es alta en personas con infección por VIH.[8][9]

El tratamiento antirretroviral puede reducir la adquisición del VPH y reducir la prevalencia del VPH de alto riesgo en mujeres con infección por VIH.[8][36]

inicio precoz de la actividad sexual (menores de 18 años)

Se cree que actúa por el mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluyendo la infección por VPH.[5]

múltiples parejas sexuales

Se cree que actúa por el mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual (ETS), incluyendo la infección por VPH.[6]

tabaquismo

Se cree que el tabaquismo es un factor de riesgo independiente y se asocia a un riesgo significativamente mayor de carcinoma de células escamosas (riesgo relativo = 1.5), pero no de adenocarcinoma.[7][37][38]

inmunosupresión

El riesgo de cáncer cervical aumenta en pacientes inmunodeprimidos (p. ej., receptores de trasplantes).[10]

Débil

antecedentes de enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Los antecedentes de cualquier ITS se asocian con un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino. Esto puede estar relacionado con una mayor exposición sexual y riesgo de infección por VPH.

Determinadas ITS pueden estar directamente asociadas con un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino. Se ha sugerido que la coinfección con el VPH y determinadas ITS (por ejemplo, clamidia o tricomoniasis) puede tener un efecto sinérgico.[39][40][41]

uso de píldora anticonceptiva oral

Se asocia con un mayor riesgo de adenocarcinoma, pero también con cáncer de cuello uterino en su conjunto.[37][42]

elevada cantidad de partos

El mecanismo no es claro, es posible que se asocie a una mayor posibilidad de contraer una infección por virus del papiloma humano (VPH) a partir de una mayor exposición por vía sexual.[37][43]

pareja masculina no circuncidada

El riesgo de infección por VPH y el diagnóstico de cáncer de cuello uterino parecen reducirse en las mujeres cuya pareja masculina está circuncidada.[44][45][46]​​​​

desnutrición por carencia de micronutrientes

Se desconoce si el aporte suplementario ofrece algún beneficio.[47][48]

niveles bajos de folato sérico

Se desconoce si el aporte suplementario ofrece algún beneficio.[47]

niveles bajos de vitaminas C y E

Se desconoce si el aporte suplementario ofrece algún beneficio.[48][49]

Los metanálisis han encontrado que un alto consumo de vitamina C y E está asociado a un menor riesgo de neoplasia cervical, pero estos hallazgos se basan en evidencia de baja calidad (principalmente, estudios de casos y controles).[50][51]

consumo de alcohol

Se cree que actúa por un mayor riesgo de exposición a una enfermedad de transmisión sexual (ETS).[52]

bajo nivel socioeconómico

Esta relación transmite un riesgo multifactorial; puede incluir el inicio temprano de la actividad sexual, mayor riesgo de enfermedad de transmisión sexual (ETS), mayor riesgo de número elevado de partos, mayor riesgo de desnutrición.[11]

El uso de este contenido está sujeto a nuestra cláusula de exención de responsabilidad