Epidemiología

El lupus eritematoso sistémico (LES) supone una carga significativa a nivel mundial. Tanto la incidencia como la prevalencia del LES varían ampliamente dependiendo de la demografía poblacional, factores socioeconómicos, género y determinadas poblaciones étnicas.[3][4][5]​​​ Los métodos aplicados al estudio de la epidemiología del lupus eritematoso sistémico (LES) tienen limitaciones. Los estudios se han centrado principalmente en poblaciones de raza blanca y la mayoría se han realizado en áreas geográficas pequeñas y bien definidas.

Según una revisión sistemática y metanálisis que evaluó datos de varios países (Argentina, China, Cuba, Colombia, República Democrática del Congo, India, Kenia, Malasia, México, Nigeria, Pakistán, Turquía, Ucrania, Venezuela y Zimbabue), la prevalencia de la LES osciló entre 3.2 por cada 100,000 personas (India) y 3000 por cada 100,000 habitantes (Kenia); en el mismo conjunto de datos, la incidencia osciló entre 0.3 por cada 100,000 habitantes (Ucrania) y 8.7 por cada 100,000 habitantes (Brasil).[5]

En el Reino Unido, desde 1999 hasta 2012, se estimó que la incidencia de LES fue de 4.91 por cada 100,000 persona(s)-año; la evidencia sugiere que la prevalencia del LES en el Reino Unido está aumentando.[6]

La incidencia es mayor en las mujeres que en los hombres; la proporción de sexos declarada oscila entre 2:1 y 15:1.[6][7][8] La edad pico de inicio oscila entre los 30 y los 70 años en las mujeres y entre los 50 y los 70 años en los hombres.[3][6]

Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (2002-2004; 2007-2009) estimaron la prevalencia de LES en EE. UU. en 72.8 por cada 100,000 persona(s)-año.[9] La estimación de prevalencia fue nueve veces mayor entre mujeres (128.7 por cada 100,000) que entre hombres (14.6 por cada 100,000). La prevalencia fue más alta entre los afroamericanos (230.9 por cada 100,000 para las mujeres y 26.7 por cada 100,000 para los hombres), seguida por los hispanos (120.7 por cada 100,000 para las mujeres y 18.0 por cada 100,000 para los hombres), y la más baja entre los blancos (84.7 por cada 100,000 para las mujeres y 8.9 por cada 100,000 para los hombres).[9] Los datos epidemiológicos globales parecen confirmar las diferencias señaladas entre los grupos étnicos en Estados Unidos.[3]

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