Epidemiología

Se calcula que 600 millones de personas enferman cada año tras consumir alimentos contaminados, lo que provoca 420,000 muertes y la pérdida de 33 millones de años de vida sana.[6]

En el Reino Unido, un informe de la Agencia de Normas Alimentarias estimó que hubo 2.4 millones de casos de intoxicación alimentaria en 2018. El norovirus fue el patógeno más común, con 383,000 casos estimados por año, seguido por Campylobacter (299,000 casos) y Clostridium perfringens (85,000 casos).[7]

Se calcula que la incidencia anual de las enfermedades de origen alimentario en Estados Unidos es de 1 de cada 6.[8] Esto equivale a unos 48 millones de personas que enferman, 128,000 ingresos hospitalarios y 3000 muertes cada año.[8] Los agentes patógenos identificados son responsables de alrededor de 9.4 millones de casos, 56,000 hospitalizaciones y 1300 muertes.[8]Salmonella, Toxoplasma, Listeria, norovirus y Campylobacter son responsables de 1180 muertes.[8] Los patógenos no identificados son la causa de la mayoría de las enfermedades, ingresos hospitalarios y muertes.[8] En general, las enfermedades transmitidas por alimentos parecen provocar más casos pero menos muertes que lo que se calculaba previamente.[9][10][11]

Las causas más frecuentes de disentería aguda en todo el mundo siguen siendo Shigella, Salmonella y Campylobacter; otras causas son la Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC) en los países desarrollados y la Entamoeba histolytica en los países en desarrollo.[12] Hay una variación estacional en los climas templados relacionada la sincronización generalmente observada para infección por Campylobacter, salmonelosis y E coli productora de verocitotoxina (ECPV); todas estas infecciones tienen un marcado nivel máximo en verano. La criptosporidiosis presenta un pico bimodal (en primavera y verano) y una notable variación estacional. Las infecciones por giardiasis exhiben un aumento relativamente pequeño en verano y es la menos variable.[13]

La trematodiasis es endémica en muchas partes del mundo, con un cálculo de 56 millones de personas infectadas en 2005, en su mayoría, en Asia y América Latina.[5] Debido al aumento en el comercio de alimentos, los viajes y el cultivo con agua de ríos y canales, la prevalencia también va en aumento.

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