Prevención primaria

Las estrategias de prevención primaria se basan en la reducción de los factores de riesgo mediante la modificación del estilo de vida.[1] Modificar la dieta para promover la pérdida de peso, dejar el tabaquismo, reducir el consumo de alcohol y aumentar el ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, incluyendo la FA.[29][30][31]

Prevención secundaria

Se ha comprobado que la pérdida de peso, junto con un tratamiento intensivo de los factores de riesgo, reduce la cantidad y la gravedad de los síntomas de la fibrilación auricular, y lleva a una remodelación cardíaca beneficiosa.[82]

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