Epidemiología

Aproximadamente, el grupo sanguíneo del 15% de la población blanca es RhD negativo.[3] Los datos poblacionales sugieren que la incidencia de la negatividad RhD es más alta entre los vascos (36%).[3] Alrededor del 6% al 7% de las personas de raza negra y menos del 1% de los indios americanos y asiáticos tienen un grupo sanguíneo RhD negativo.[3][4]​ La aloinmunización Rh debida al RhD ha disminuido notablemente a medida que la inmunoprofilaxis se ha convertido en una práctica rutinaria.[5][6]​​ Los factores sociales, como el retraso de la maternidad y las familias más pequeñas, también pueden haber contribuido a este descenso.[5]

En el Reino Unido, alrededor del 16% de la población blanca es RhD negativo.[7]​​ Entre 2013 y 2014, alrededor del 15% de los nacimientos en Inglaterra fueron de mujeres RhD negativas; alrededor del 40% de estas mujeres tuvieron un feto RhD negativo.[8]

La prevalencia mundial estimada de la enfermedad hemolítica Rh es de 276/100,000 nacidos vivos; en los países con una atención perinatal y neonatal bien establecida, la prevalencia es de aproximadamente 2.5/100,000 nacidos vivos.[9]​ Una encuesta realizada en Canadá estimó que 8/100,000 lactantes están afectados por anticuerpos anti-D maternos.[10] ​ En EE.UU., la incidencia informada de enfermedad hemolítica Rh oscila entre 1.0 y 6.8/1000 nacidos vivos; la tasa más elevada puede reflejar una mejor identificación y notificación de las mujeres sensibilizadas y una prevalencia creciente de anticuerpos atípicos, no RhD, para los que no se dispone de regímenes de inmunoprofilaxis.[11][12][13]

Se ha informado la frecuencia relativa de varios de estos anticuerpos no RhD.[11] En una gran serie prospectiva que incluyó más de 300,000 pacientes consecutivas, se detectaron isoanticuerpos en el primer trimestre en, aproximadamente, el 1% de las mujeres embarazadas.[14] De ellos, la prevalencia de aloanticuerpos distintos de los anti-D era de 328/100,000, de los cuales 191/100,000 implicaban un riesgo de inicio de enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido al ser el padre portador del antígeno. Los anticuerpos no anti-D más frecuentes fueron anti-K y anti-c.[14]

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