Complicaciones
La mayoría de las sobredosis/ingestiones con alteración del estado mental pueden resultar en aspiración. Esto provoca una fuente de morbilidad significativa, y puede conducir a neumonía, la que se debe tratar con antibióticos que cubren las bacterias gramnegativas y los cocos grampositivos.
Incluye encefalopatía hepática, sepsis y sangrado gastrointestinal. Se necesita una derivación oportuna a la unidad hepática y una evaluación de la idoneidad del paciente para recibir un trasplante de hígado ortotópico.
Se puede producir daño renal agudo como resultado de una sobredosis, ya sean directamente nefrotóxicos o secundarias a una rabdomiólisis inducida por convulsiones prolongadas, hipotensión, acidosis o síndromes compartimentales.
Se diagnostica mediante monitorización de la función renal. El tratamiento depende de la causa, pero la hidratación es importante.
Las sobredosis que provocan convulsiones prolongadas, hipotensión o mala perfusión del sistema nervioso central o hipoxia pueden causar encefalopatía.
Se diagnostica mediante el examen neurológico del paciente. El tratamiento depende de la causa, pero muchos casos pueden ser irreversibles.
La aparición se produce entre 1 y 5 semanas tras la ingestión, generalmente después de efectos agudos, pero puede superponerse con un síndrome intermedio. Neuropatía predominantemente motora, aunque también puede haber problemas en la neurona motora superior y defectos cognitivos. No se conoce ningún tratamiento, pero se puede resolver lentamente con el correr de los meses o los años.
Puede resultar de un incremento de la actividad muscular que se observa a menudo en el síndrome de la serotonina, el síndrome neuroléptico maligno, la toxicidad antimuscarínica, la toxicidad simpaticomimética y otras. También puede resultar de una inmovilización prolongada que se observa en los casos de toxicidad por opioides, toxicidad por agonistas alfa-2 y otras.
Entre los agentes que tienen más probabilidades de causar edema cerebral se incluyen los salicilatos, el litio, los simpaticomiméticos con hipertermia prolongada, la acidosis y las convulsiones, los alcoholes tóxicos y los glicoles. El tratamiento agresivo de la sobredosis subyacente es el pilar del tratamiento.
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