Etiología
La etiología de la dispareunia varía en función de si el dolor está asociado a los genitales externos (dispareunia superficial) o a estructuras pélvicas más profundas (dispareunia profunda).[9]
Etiologías de la dispareunia superficial
Enfermedades dermatológicas inflamatorias: dermatitis atópica, dermatitis de contacto (debido al látex, los espermicidas, o alergia al plasma seminal); cualquier otra afección dermatológica que afecte la vulva o la vagina
Afecciones infecciosas: vulvovaginitis, brote de herpes simple, cistitis intersticial o infección del tracto urinario
Disfunción de la mucosa: causas iatrogénicas como la radiación pélvica o la prescripción de medicamentos que disminuyen la lubricación (p. ej., los anticonceptivos orales, los antidepresivos, algunos antihipertensivos); la lubricación primaria inadecuada; la atrofia vaginal debido a la menopausia
Anomalías estructurales (que conducen a la obstrucción): imperforación del himen, masa/absceso de Bartolino, distrofias vulvares, lesión perineal que incluye episiotomía o traumatismo obstétrico y circuncisión/mutilación femenina
Enfermedades musculoesqueléticas: vaginismo (debido a un reflejo condicionado del músculo pubococcígeo, los músculos de la vagina se tensan abruptamente en respuesta a cualquier forma de penetración vaginal, lo que hace que las relaciones sexuales o los exámenes pélvicos sean dolorosos o imposibles)
Otras enfermedades: psicosexuales, vestibulodinia/vulvodinia (quemazón crónica y/o dolor que afectan el orificio vaginal sin causa clínica evidente; se pueden producir con fisuras asociadas en la piel circundante).
Etiologías de la dispareunia profunda
Afecciones infecciosas/inflamatorias: cervicitis, enfermedad inflamatoria pélvica, endometriosis (presencia de glándulas endometriales y estroma fuera de la cavidad endometrial y de la musculatura uterina; puede causar dispareunia profunda por distorsión de la anatomía pélvica y afectación rectovaginal), hidrosalpinx (acumulación de líquido en las trompas de Falopio que provoca su obstrucción; puede seguir a afecciones infecciosas)
Anomalías estructurales: leiomiomas (también conocidos como fibromas uterinos, tumores benignos del útero compuestos principalmente por tejido conjuntivo fibroso y muscular liso; varían en tamaño desde semillas a tumores uterinos grandes), adenomiosis (tejido endometrial ectópico encontrado en el miometrio, la capa muscular gruesa del útero, que da lugar a la excreción local de citocinas, responsables por inducir el dolor)
Desórdenes musculoesqueléticos: espasmo del elevador del ano (dolor rectal episódico con etiología desconocida).
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