Etiología
La pericarditis aguda puede ser idiopática o estar causada por una afección sistémica subyacente (p. ej., lupus eritematoso sistémico). El 90% de los casos son idiopáticos o están causados por infecciones virales (p. ej., virus Coxsackie A9 o B1-4, Echo 8, paperas, VEB, citomegalovirus, varicela, rubéola, VIH, Parvo-19, SARS-CoV-2).[2][3][5][14][19][20] El inicio es frecuentemente posviral, sin evidencia de presencia del virus en el pericardio. Las enfermedades autoinmunes sistémicas (p.ej., artritis reumatoide, esclerosis sistémica, artritis reactiva, fiebre mediterránea familiar, vasculitis sistémica, enfermedad intestinal inflamatoria) también son una causa frecuente.[21][22]Sin embargo, hay muchas otras causas menos comunes, incluyendo infecciones bacterianas, fúngicas y parasitarias, procesos inmunológicos secundarios (p.ej., fiebre reumática, síndrome de poscardiotomía, síndrome post-IM), pericarditis y derrames pericárdicos en enfermedades de los órganos circundantes (p.ej., infarto agudo de miocardio, miocarditis, síndromes paraneoplásicos), trastornos metabólicos (p.ej., uremia, mixedema), traumatismos, neoplasias, y ciertos fármacos. En raras ocasiones, la pericarditis se produce después de la vacunación (incluida la vacuna contra la gripe y la vacuna de ARNm contra el COVID-19).[23][24][25][26] No son frecuentes las causas por hongos y fármacos.
En los países desarrollados, otras causas incluyen radioterapia, cirugía cardíaca, intervenciones cardíacas percutáneas y VIH. La Mycobacterium tuberculosis es una causa frecuente en los países en vías de desarrollo.[13][15] La pericarditis frecuentemente se presenta de 1 a 3 días después de un infarto del miocardio (IM). También puede producirse semanas o meses después de un IM (síndrome de Dressler).[14] El síndrome poslesión cardíaca es un término amplio que describe la pericarditis con o sin derrame que resulta de un IM o una lesión iatrogénica del pericardio. Incluye el síndrome posinfarto de miocardio (de Dressler), el síndrome poscardiotomía y la pericarditis postraumática (debido a una intervención coronaria percutánea o la colocación de un dispositivo electrónico implantable, es decir, un marcapasos o un desfibrilador).[18][27]
Fisiopatología
El pericardio está compuesto por un saco fibroseroso de dos capas flexibles, que recubre la superficie del corazón. La capa interna, el pericardio visceral, está adherida al miocardio. Presenta microvellosidades en su superficie la cual segrega líquido pericárdico. La capa externa, o pericardio parietal, es contigua a la capa interna. Está compuesta por capas de colágeno con fibras de elastina intercaladas. Ambas capas normalmente tienen un grosor de tan solo 1 a 2 mm y un espacio que contiene de 15 a 35 mL de líquido pericárdico que las separa. El pericardio está perfundido por las arterias mamarias internas e inervado por el nervio frénico. El pericardio protege y contiene al corazón. Asimismo, determina los patrones de llenado cardíaco, limita la dilatación de las cavidades y equilibra la distensibilidad entre los dos ventrículos.
Los signos y síntomas de la pericarditis aguda son el resultado de la inflamación del tejido pericárdico. El pericardio está muy inervado y la inflamación causa dolor grave. La pericarditis puede ser fibrinosa (seca) o exudativa siendo el exudado purulento, seroso o hemorrágico. La formación de un derrame concomitante generalmente se debe a una respuesta a la inflamación. El pericardio normal es permeable al agua y los electrolitos, y el líquido pericárdico se encuentra en un equilibrio dinámico con el suero sanguíneo. El tejido pericárdico inflamado altera ese equilibrio. La producción local de mediadores de inflamación como citocinas, factor de necrosis tumoral e interleucinas, pueden causar el goteo de líquido del pericardio visceral como así también la exudación de moléculas más grandes que atraen más líquido y alteran la reabsorción.[13][14][28] La pericarditis constrictiva impide el llenado diastólico normal y puede ser un medio para una complicación tardía de pericarditis aguda.[Figure caption and citation for the preceding image starts]: Pericarditis constrictiva identificada en la autopsia; la sección derecha es tejido cicatrizal extraído de la parte frontal del corazónXu JD, Cao XX, Liu XP, et al. BMJ Case Reports 2009; doi:10.1136/bcr.03.2009.1688 [Citation ends].
Clasificación
Clasificación clínica[1]
La pericarditis se puede clasificar en base a la duración de la inflamación y según la etiología, así como por las complicaciones/secuelas.
A. Pericarditis aguda (de inicio reciente, < 4-6 semanas)
Síndrome pericardial inflamatorio asociado con al menos 2 de los siguientes 4 criterios:
Dolor torácico característico: típicamente agudo, pleurítico; se alivia al sentarse hacia adelante y empeora al acostarse
Roce pericárdico; 'como caminar sobre nieve crujiente'
Nuevas elevaciones electrocardiográficas difusas del segmento ST (en forma de silla de montar) o depresiones del segmento PR
Nuevo derrame pericárdico o empeoramiento del mismo.
Otros hallazgos adicionales de referencia incluyen:
Aumento de los marcadores inflamatorios (es decir, PCR, VSG y recuento de leucocitos)
Evidencia de engrosamiento/inflamación pericárdica mediante técnicas avanzadas de diagnóstico por imágenes (p.ej., TC cardíaca o IRM cardíaca).
Puede ir asociada a un derrame pericárdico fibrinoso o efusivo (seroso o serosanguíneo).
B. Pericarditis incesante
Signos y síntomas que duran más de 4-6 semanas y menos de 3 meses sin remisión.
D. Pericarditis recurrente
Recurrencia de signos y síntomas después de un episodio inicial documentado de pericarditis aguda en el período intermedio de ≥4-6 semanas sin síntomas.
D. Pericarditis crónica
Signos y síntomas que persisten durante más de 3 meses.
Subtipos:
Constrictiva (debido al engrosamiento crónico del pericardio)
Exudativa constrictiva (combinación de un derrame tenso en el espacio pericárdico y la constricción causada por el pericardio engrosado).
Adherente (no constrictiva).
Clasificación etiológica[1][2][3][4][5][6][7][8][9][10][11]
A. Infecciosa
Viral
Virus Coxsackie A9 o B1-4
Echo 8
Paperas
virus de Epstein-Barr (VEB)
Citomegalovirus
Varicela
Rubéola
VIH
Parvo-19
Dengue
Zika
SARS-CoV-2
Bacteriana
Neumocócica
Meningocócica
Gonocócica
Por Haemophilus
Por Clamidia
Tuberculosa
Por Treponema
Borreliosis
Propionibacterias
Fúngica
Candida
Histoplasma
Parasitaria
Entamoeba histolytica
Echinococcus
B. Relacionada con enfermedades autoinmunes sistémicas
lupus eritematoso sistémico (LES)
artritis reumatoide
Esclerosis sistémica
Artritis reactiva
Fiebre mediterránea familiar
Vasculitis sistémicas
Enfermedad inflamatoria intestinal
Sarcoidosis
C. Proceso inmunitario secundario
Fiebre reumática
Síndrome poscardiotomía
Síndrome post-IM
Posablación cardíaca o intervención coronaria percutánea
D. Pericarditis y derrames pericárdicos en enfermedades de órganos adyacentes
Infarto agudo de miocardio
Miocarditis
Paraneoplásica
E. Relacionada con trastornos metabólicos
Uremia
Mixedema
F. Traumática
Lesión directa
Lesión torácica penetrante
Perforaciones esofágicas
Lesión indirecta
Lesión torácica no penetrante
Radiación mediastínica
G. Neoplásica
Tumores primarios (raros)
Mesotelioma
Angiosarcoma
Fibrosarcoma
Metástasis secundaria
Carcinoma de pulmón
Carcinoma de mama
Leucemia y linfoma
Gástrico y de colon
Melanoma
Otros, incluido el carcinoide
La pericarditis en pacientes con cáncer a menudo no es maligna (p. ej., secundaria a radiación mediastínica o infección oportunista)
H. Relacionada con fármacos
Síndrome similar al lupus
Procainamida
Hidralazina
Metildopa
Isoniazida
Fenitoína
Agentes quimioterápicos (generalmente con cardiomiopatía asociada)
Doxorubicina
Daunorubicina
Ciclofosfamida
Fluorouracilo
Citarabina
Reacción de hipersensibilidad con eosinofilia
Penicilina
Otros
Sulfamidas
Ciclosporina
Inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF) alfa
Inhibidores de puntos de control inmunológico (p. ej., inhibidores de CTLA-4, inhibidores de PD-1 e inhibidores de PD-L1)
Inhibidores de la tirosina cinasa (por ejemplo, dasatinib)
I. Idiopática
Las causas idiopáticas y virales son las más comunes. Las enfermedades autoinmunes también son una causa común. Los fármacos son una causa poco frecuente y los hongos son una causa muy poco frecuente.
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