Etiología
La etiología es multifactorial. Algunas personas producen más cerumen que otras, presumiblemente debido a factores genéticos. Existen evidencias de que diferentes fenotipos genéticos dan lugar a cerumen seco o húmedo; por ejemplo, el cerumen seco es frecuente en los asiáticos orientales, mientras que el cerumen húmedo es común en otras poblaciones.[4][5] Las personas que presentan conductos auditivos estrechos son más susceptibles a los tapones de cerumen porque se necesita menos cerumen para ocluir sus conductos.
El proceso de envejecimiento reduce la cantidad de glándulas ceruminosas y la actividad de estas, lo que da lugar a un tipo de cerumen más seco.[2][5] El aumento del vello del conducto auditivo externo en los hombres mayores contribuye al tapón de cerumen en esta población.
Otros factores de riesgo de desarrollo de tapones de cerumen incluyen la manipulación del conducto auditivo externo con bastoncillos de algodón y la inserción repetida de una prótesis auditiva.[5]
Fisiopatología
El cerumen está compuesto por capas de queratina descamada de las células epiteliales que se mezcla con las secreciones de las glándulas sebáceas y ceruminosas situadas en el lateral del conducto auditivo externo. La función del cerumen es limpiar y lubricar el conducto auditivo externo.[2] A medida que el cerumen se desplaza en dirección lateral por el conducto auditivo, arrastra con él la suciedad, el polvo y el vello. Además, el cerumen también puede proteger el oído de bacterias, hongos e insectos.[2]
El cerumen se acumula cuando el proceso de migración se ve comprometido, debido a la consistencia de la cera, la anatomía del conducto auditivo, la edad, el aumento del vello o la instrumentación del conducto auditivo. El efecto obstructivo de un tapón de cerumen con frecuencia causa síntomas de plenitud auricular y audición reducida. En ocasiones, el tapón de cerumen también provoca acúfenos, tos y vértigo, aunque el vértigo es poco frecuente y puede producirse cuando el cerumen empuja contra la membrana timpánica. La presencia de agua en el conducto (como resultado del baño o ducha o de un intento de irrigar el cerumen) puede hacer que este crezca en tamaño, con la posterior exacerbación de los síntomas de plenitud auricular y pérdida de la audición. Es posible que el tapón de cerumen retenga bacterias en el conducto auditivo medio, lo que puede causar una infección en forma de otitis externa, con síntomas de dolor y supuración, hallazgos objetivos de restos con olor fétido y enrojecimiento o inflamación de la piel del conducto auditivo externo.
Algunos estudios genéticos muestran que hay fenotipos de cerumen "húmedo" y "seco", y parecen estar situados en el cromosoma 16.[3][6] El cerumen húmedo es de color marrón claro u oscuro y pegajoso, con una concentración relativamente alta de lípidos y gránulos de pigmento. El cerumen seco es de color gris o pardo y escamoso, y tiene una menor concentración de lípidos y gránulos de pigmento.[Figure caption and citation for the preceding image starts]: Cerumen húmedoReimpreso con autorización de: Hawke M. Ear disease: a clinical guide. Hamilton, London: Decker DTC; 2003 [Citation ends].[Figure caption and citation for the preceding image starts]: Cerumen secoReimpreso con autorización de: Hawke M. Ear disease: a clinical guide. Hamilton, London: Decker DTC; 2003 [Citation ends].
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