Monitorización
La EHRA se puede monitorizar mediante pruebas de función hepática periódicas y visitas al profesional de salud. Es importante evaluar cualquier empeoramiento de los signos y síntomas. Los profesionales de salud deben monitorizar el cumplimiento del tratamiento y la abstinencia alcohólica. Modelos como el índice de Child-Turcotte-Pugh, que incluye una combinación de variables clínicas y de laboratorio, pueden resultar útiles para evaluar la gravedad de la enfermedad y establecer un valor inicial como referencia para el futuro. [ Clasificación de Child-Pugh de gravedad de hepatopatía (unidades del sistema internacional [SI]) Opens in new window ] Los pacientes con una hepatopatía avanzada deben someterse a un cribado para detectar varices esofágicas y recibir un tratamiento con betabloqueantes no selectivos profilácticos (p. ej., propranolol, nadolol o carvedilol) si las varices esofágicas tienen 5 mm o más. Puede utilizarse el cerclaje endoscópico profiláctico si el paciente tiene varices esofágicas de 5 mm o más y es intolerante a los betabloqueantes o no se considera adecuado para el tratamiento con betabloqueantes. Si no se detectan varices esofágicas o si estas tienen <5 mm, debe realizarse una vigilancia a intervalos de entre 1 y 2 años hasta tomar una decisión terapéutica.
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