Consideraciones de urgencia

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Evaluar al paciente mediante un enfoque sistemático, valorando las vías respiratorias, la circulación, la discapacidad y la exposición (ABCDE).[21] Supervisar los signos vitales y obtener un acceso intravenoso de diámetro grande.

La hipovolemia se debe corregir con líquidos y/o hemoderivados como clínicamente indicado. Se puede dar sangre de grupo O hasta que se disponga de sangre cruzada.

Los pacientes con rotura de aneurisma aórtico abdominal (AAA) o disección aórtica requieren una fluidoterapia especialmente cuidadosa. Una rehidratación agresiva antes de una cirugía en pacientes con AAA rotos se asocia con un mayor riesgo de muerte perioperatoria, independientemente de la presión arterial sistólica.[22] La presión arterial sistólica más baja <70 mmHg se asocia con una mayor mortalidad a los 30 días, en comparación con la presión arterial sistólica más baja ≥70 mmHg, en los pacientes sometidos a reparación de AAA roto por vía abierta o endovascular (51% frente al 34%, respectivamente).[23] Normalmente, la presión arterial sistólica se mantiene entre 80 y 90 mmHg.[24]

Las mujeres en edad fértil deben realizarse una prueba de embarazo para descartar la posibilidad de embarazo ectópico.[25]​ Ante la sospecha de embarazo ectópico, envíe sangre para la determinación del grupo sanguíneo y la prueba cruzada y obtenga una consulta ginecológica urgente. Una interconsulta ginecológica de urgencia es importante en el caso de la torsión ovárica, dado que cuanto más tiempo el ovario permanezca en torsión, habrá menos probabilidades de que pueda salvarse.

Se debe obtener una consulta urológica urgente si se sospecha torsión testicular.

Se recomienda realizar un hemograma completo, una determinación de electrolitos séricos, creatinina y urea en todos los pacientes; las pruebas adicionales deben guiarse por los antecedentes.

Obtener una consulta quirúrgica antes de realizar más pruebas diagnósticas, si es posible. Esto puede ayudar a evitar un análisis diagnóstico innecesario y determinar si es necesario un tratamiento quirúrgico.

En los pacientes que muestran evidencia de shock hipovolémico con sospecha o confirmación de hemoperitoneo, es imperativo recurrir a la cirugía con una evaluación preoperatoria limitada.

Considerar la posibilidad de administrar un antifibrinolítico, como el ácido tranexámico, a los pacientes con sospecha de hemorragia en curso.[26]

Se recomiendan antibióticos profilácticos para pacientes con víscera perforada, diverticulitis, apendicitis, isquemia mesentérica o rotura de AAA. Estos pacientes pueden desarrollar sepsis rápidamente. Si es posible, los hemocultivos deben tomarse previamente a la administración de antibióticos.

Considere el infarto de miocardio en pacientes con dolor epigástrico, especialmente si va acompañado de sudoración.[27] Obtenga un ECG y una medición de troponina sérica; consulte inmediatamente a un cardiólogo si alguno de ellos es anormal.

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