Abordaje

El tratamiento está indicado si los síntomas de la menopausia interfieren con las actividades cotidianas y la calidad de vida de la mujer. Se deben aclarar los síntomas predominantes y explicar los cambios en el estilo de vida y las opciones de tratamiento farmacológico (explicando los beneficios y riesgos).

La hormonoterapia debe administrarse en la dosis más baja y durante el tiempo más corto posible, mientras se mantiene simultáneamente el beneficio del alivio de los síntomas. Dado que la duración de los síntomas no se puede pronosticar, no existe una duración máxima predeterminada de la terapia hormonal; todos los pacientes requieren una toma de decisiones individualizada. La reevaluación debe realizarse al menos una vez al año.

Manejo de los sofocos

Los sofocos pueden tratarse con métodos farmacológicos (hormonales y no hormonales) o no farmacológicos (estilo de vida y métodos alternativos), o bien con una combinación de ambos.

Cambios en el estilo de vida

A pesar de la limitada evidencia, ciertos cambios en el estilo de vida pueden mejorar la tolerancia a los síntomas. Se debe estimular a la población femenina a perder peso (cuando sea adecuado) y a realizar más ejercicio físico.[11] Ambos tienen beneficios cardiovasculares y ósea y pueden mejorar el bienestar general, pero pueden no tener un impacto específicamente identificable en los sofocos y no pueden mejorar la densidad ósea.[8]

Otras medidas relacionadas con los cuidados personales incluyen evitar las comidas picantes, el alcohol, la cafeína, los ambientes cálidos y el estrés. El consumo de alcohol y de cafeína está asociado con el empeoramiento de los síntomas vasomotores. También puede ser de ayuda vestirse con varias capas de ropa, usar abanico, beber agua fría y vaporizarse agua. Una revisión cualitativa de ensayos clínicos aleatorios controlados (EAC) y metaanálisis observó que el yoga tiene una eficacia moderada a corto plazo sobre los síntomas psicológicos, pero ninguna sobre los somáticos, vasomotores ni urogenitales.[32]

Tratamiento combinado de estrógeno/progestina por vía oral

La hormonoterapia para una mujer con útero incluye un estrógeno junto con una progestina para proteger contra la hiperplasia y el cáncer de endometrio.[17]​ Los estrógenos son el tratamiento más efectivo para los síntomas vasomotores, reduciendo los sofocos entre un 80% y un 90%.[33]

Los regímenes de combinación incluyen:

  • Regímenes combinados continuos: se toman a diario un estrógeno y una progestina.

  • Regímenes secuenciales: se añade cíclicamente una progestina durante 10 a 14 días cada mes.

El régimen combinado continuo está indicado para mujeres que han tenido amenorrea durante más de 12 meses. Es fácil de seguir y continúa la amenorrea de la menopausia. Si la mujer tiene hemorragia de privación después de los primeros 6 meses del régimen combinado continuo, se requiere una evaluación endometrial (ultrasonido pélvico ± biopsia del endometrio) y se debe considerar la posibilidad de cambiar a un régimen secuencial para que pueda tener un patrón de sangrado predecible.

En un régimen secuencial, se agrega una progestina a un estrógeno durante los últimos 10 a 14 días del ciclo. El tratamiento hormonal (TH) secuencial puede ser preferida por las mujeres perimenopáusicas, pero puede indicarse también a las mujeres posmenopaúsicas.[34][35]

Hormonoterapia solo con estrógeno

Las mujeres histerectomizadas pueden tomar estrógenos en monoterapia si no presentan contraindicaciones al tratamiento sistémico con estrógenos.[17] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

Administración transdérmica de un estrógeno

Es preferible una formulación transdérmica de estrógeno (generalmente estradiol) a un estrógeno oral en el caso de mujeres que presenten un mayor riesgo trombótico (incluyendo un índice de masa corporal IMC >30), que estén tomando otros medicamentos, presenten niveles de triglicéridos en el límite de la normalidad, presenten riesgo de cálculos biliares, o que tengan dificultades para cumplir con la toma de una píldora diariamente. Dado que no hay efecto de primer paso, la administración de estrógeno transdérmico puede suponer menor riesgo de tromboembolismo que el oral, pero esto no se ha estudiado en un ECA.[22][23] También puede presentar una menor incidencia de náuseas. Las complicaciones de los estrógenos transdérmicos a largo plazo son probablemente las mismas que las de los estrógenos orales, aunque no se estudiaron específicamente en la Women's Health Initiative. Según las recomendaciones del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) del Reino Unido, la administración transdérmica de estrógeno en dosis terapéuticas estándar no aumenta el riesgo de tromboembolia venosa, en comparación con el riesgo basal en la población, ni presenta una mayor probabilidad de aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular.[1]

El estradiol transdérmico está disponible en parches, en pulverizadores dosificados, o en preparados en gel, todos ellos para aplicar en la piel. Un ensayo aleatorizado controlado (EAC) multicéntrico de 12 semanas demostró que el gel de estradiol transdérmico redujo significativamente la frecuencia y gravedad de los sofocos en las semanas 4 y 12 en mujeres menopáusicas sanas que presentaban sofocos de moderados a graves en comparación con placebo.[36] Los efectos secundarios señalados con más frecuencia fueron cefalea, infección, dolor de mamas, náuseas e insomnio. Un metanálisis en red no encontró diferencias en la eficacia entre la administración de estradiol en parche y en aerosol en lo que respeta a los síntomas vasomotores.[37]

Las mujeres con un útero intacto requieren protección con una progestina. Está disponible una combinación de un estrógeno y una progestina en un solo parche transdérmico en la mayoría de los países. Las preparaciones transdérmicas combinadas secuenciales de hormonoterapia también suelen estar disponibles.

Interrupción de la terapia con estrógenos

No hay pruebas suficientes para recomendar un método de interrupción de la terapia con estrógenos sobre otro. No existe una edad estándar para la interrupción de la hormonoterapia. Cada caso individual debe ser evaluado regularmente (p.ej., cada año) para determinar el grado de beneficio de hormonoterapia. Para las mujeres que obtienen un beneficio mínimo de la hormonoterapia, se pueden plantear una discusión razonable sobre el cese del tratamiento a cualquier edad.

Estrógenos conjugados con bazedoxifeno.

Se ha aprobado el estrógeno/bazedoxifeno conjugado (un modulador selectivo de receptores de estrógeno) en algunos países para el tratamiento de los síntomas vasomotores y la prevención de la osteoporosis en mujeres con un útero intacto.[8][38] En comparación con los estrógenos/medroxiprogesterona conjugados, las mujeres tratadas con estrógenos/bazedoxifeno conjugados experimentaron una reducción significativa de eventos adversos. Las mujeres que toman estrógenos/bazedoxifeno conjugados no deben tomar progestina.

El bazedoxifeno tiene un efecto favorable (antiestrogénico) sobre el tejido mamario.[39] Se requiere más investigación sobre este tema.

Hormonas bioidénticas

Los preparados de terapia hormonal bioidéntica (BHT) son simplemente un estrógeno (con o sin progestina) en una base compuesta personalizada. Se han promocionado las hormonas bioidénticas compuestas no reguladas como 'naturales' y más seguras que la hormonoterapia convencional, pero estas afirmaciones no están fundamentadas.

Una revisión sistemática concluyó que la terapia hormonal bioidéntica es más efectiva que el placebo para tratar los sofocos menopáusicos moderados a graves (evidencia de calidad baja a moderada), pero con tasas más altas de efectos adversos.[40] No hay datos de seguridad a largo plazo relacionados con resultados como el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular y el cáncer de mama.[40]

Organismos asesores, tales como North American Menopause Society, American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos y la British Menopause Society generalmente no recomiendan la terapia de estrógeno/progestina compuesta debido a la falta de pureza y potencia estandarizadas con los riesgos que conlleva una dosis excesiva o insuficiente.[17]​​[34][41][42] De forma similar, la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE) y el American College of Endocrinology (ACE) no recomiendan la terapia hormonal bioidéntica debido a la falta de beneficios comprobados y el potencial para un control de calidad deficiente.[23] Para la mayor parte de las mujeres, la hormonoterapia autorizada (regulada) proporciona un tratamiento adecuado sin los riesgos de las formulaciones personalizadas.

Los preparados regulados que contienen estradiol y progesterona micronizada (un estrógeno similar, y un progestágeno equivalente a, aquellos producidos por los ovarios) deben utilizarse preferentemente a los preparados compuestos por parte de mujeres que están considerando el uso de preparados más naturales. La declaración de la posición de 2017 de la AACE/ACE recomienda que cuando sea necesario el uso de progesterona, se considere la progesterona micronizada como la alternativa más segura frente a una progestina sintética.[23]​ La progesterona micronizada se puede tomar por vía oral o vaginal, pero la progesterona micronizada transdérmica no protege el endometrio.[43]

Se puede adquirir fácilmente una crema de progesterona bioidéntica sin receta, pero solo uno de tres ensayos aleatorizados controlados (EAC) publicados demostraron cierta eficacia en comparación con el placebo a la hora de reducir los síntomas vasomotores.[44]

Riesgos de la terapia hormonal

Es importante proporcionar información sobre los beneficios y riesgos de la hormonoterapia, para ayudar a las mujeres a tomar una decisión informada sobre qué tratamiento utilizar para los síntomas de la menopausia, si los hubiera. [ Cochrane Clinical Answers logo ] [ Cochrane Clinical Answers logo ]

El riesgo asociado con el uso de la hormonoterapia varía entre las mujeres, dependiendo de la dosis, la duración del tratamiento, la vía de administración, la edad al inicio del tratamiento y si se incluye un progestágeno en el régimen. La relación beneficio-riesgo de la hormonoterapia parece favorable para el tratamiento de los síntomas vasomotores y la prevención de la pérdida o fractura ósea entre las mujeres (sin contraindicaciones) con menos de 60 años o que están dentro de los 10 años de la aparición de la menopausia.[8][17]

Durante 18 años de seguimiento, la mortalidad por cualquier causa en una cohorte combinada de mujeres posmenopáusicas que recibieron hormonoterapia durante 5 a 7 años en los dos ensayos de la Women's Health Initiative no difirió entre los grupos con hormonoterapia y con placebo (27.1% frente a 27.6%, respectivamente; cociente de riesgos instantáneos [CRI] 0.99, intervalo de confianza [IC] del 95%: 0.94 a 1.03]).[45] Ni el estrógeno en monoterapia (CRI 0.94, IC del 95%: 0.88 a 1.01) ni la combinación de estrógeno más progestina (CRI 1.02, IC del 95%: 0.96 a 1.08) se asociaron con mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa.[45]

Cardiopatía, accidente cerebrovascular y tromboembolia venosa

  • La hormonoterapia no se recomienda actualmente para la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares.[17]​​[18]​​​[19][20]​​ Se requiere investigación adicional para evaluar el impacto de la sincronización del inicio de la hormonoterapia sobre el riesgo de cardiopatía y la mortalidad.

    [Figure caption and citation for the preceding image starts]: Tasas absolutas de cardiopatía coronaria para diferentes tipos de hormonoterapia, en comparación con ausencia de hormonoterapia (o placebo), diferentes duraciones del uso de la hormonoterapia y tiempo transcurrido desde que se interrumpió la hormonoterapia en mujeres menopáusicas.National Institute for Health and Care Excellence. Menopausia: diagnóstico y manejo. Diciembre de 2019 [Citation ends].com.bmj.content.model.Caption@48c8dfe7

  • El riesgo de tromboembolia venosa y de accidente cerebrovascular isquémico aumenta con la hormonoterapia oral, pero el riesgo absoluto de accidente cerebrovascular en mujeres menores de 60 años de edad es muy bajo.[1]​​[46][47] Los estudios observacionales y un metaanálisis indican que los estrógenos transdérmicos están asociados con un menor riesgo de tromboembolismo venoso y de accidente cerebrovascular que los estrógenos orales.[1]​​[17]​​[46][47] Los pacientes con alto riesgo de complicaciones cardiovasculares deben someterse a una evaluación detallada de los riesgos y beneficios de la TH, y pueden ser candidatos a un ensayo de no TH.[11]

    [Figure caption and citation for the preceding image starts]: Tasas absolutas de accidente cerebrovascular para diferentes tipos de hormonoterapia, en comparación con ausencia de hormonoterapia (o placebo), diferentes duraciones del uso de la hormonoterapia y tiempo transcurrido desde que se interrumpió la hormonoterapia en mujeres menopáusicas.National Institute for Health and Care Excellence. Menopausia: diagnóstico y manejo. Diciembre de 2019 [Citation ends].com.bmj.content.model.Caption@711b553c

Cáncer de mama y de ovario

  • La hormonoterapia con estrógeno en monoterapia se asocia con poco o ningún cambio en el riesgo de cáncer de mama.[1]​ Un estrógeno prescrito en combinación con una progestina se asocia con un pequeño aumento en el riesgo de cáncer de mama.[1][46][47]​​​[Evidencia C]​​ El aumento del riesgo está relacionado con la duración del tratamiento y es probable que desaparezca después de su interrupción.​[1][46][47] La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido ha publicado una tabla en la que se resume el riesgo de cáncer de mama para las mujeres que actualmente reciben tratamiento hormonal y tratamiento posterior desde la edad de la menopausia hasta los 69 años.[48]

    [Figure caption and citation for the preceding image starts]: Resumen de los riesgos y beneficios del THS* durante el uso actual y el uso actual más el tratamiento posterior desde la menopausia hasta los 69 años, por cada 1000 mujeres con 5 o 10 años de uso del THS. Clave: *El alivio de los síntomas de la menopausia no está incluido en esta tabla, pero es un beneficio clave del THS y desempeñará un papel importante en la decisión de prescribir la THS. †Mejores estimaciones basadas en los riesgos relativos del uso del THS a partir de los 50 años. Para el cáncer de mama, esto incluye los casos diagnosticados durante el uso actual del THS y diagnosticados después del uso de la THS hasta los 69 años; para otros riesgos, esto supone que no hay efectos residuales después de suspender el uso del THS. § La evidencia más reciente sugiere que los productos transdérmicos del THS tienen un menor riesgo de TEV que las preparaciones oralesAgencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios. Tratamiento hormonal sustitutivo (THS): más información sobre el aumento conocido del riesgo de cáncer de mama con la TRH y su persistencia después de suspenderla. Agosto de 2019 [publicación en Internet]; usado con permiso [Citation ends].com.bmj.content.model.Caption@76a7e5d3

  • Hay evidencias que sugieren que la hormonoterapia aumenta la densidad del tejido mamario.[1]​ Esto puede dificultar la detección de tumores y puede resultar en que algunas mujeres vuelvan a tener que repetir la mamografía y/o a realizar evaluaciones posteriores.

  • Un metaanálisis de 52 estudios epidemiológicos analizó los riesgos de cáncer de ovario en 12,110 mujeres posmenopáusicas, el 55% de las cuales habían usado hormonoterapia durante algún tiempo.[49] El metaanálisis sugirió que 5 años de uso de hormonoterapia, comenzando a la edad de 50 años, resultaría en un cáncer de ovario extra por cada 1000 usuarias.[49]

  • Un metanálisis de 2019 de estudios prospectivos encontró que el uso de la terapia hormonal (TH) durante más de un año en mujeres posmenopáusicas está asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama.[50] El riesgo aumentó con una mayor duración del uso de la TH, y persistió después de que se detuvo la TH. El riesgo fue mayor con el estrógeno y progestágeno combinados en comparación con las preparaciones que solo contienen estrógeno, pero no se observó un aumento del riesgo con los estrógenos vaginales tópicos. Las actuales recomendaciones no han variado: que la terapia hormonal (TH) debe utilizarse durante el menor tiempo posible y que las pacientes deben estar atentas a los signos de cáncer de mama y se les debe animar a que asistan a los cribados regulares de detección del cáncer de mama.[48][51] Los riesgos y beneficios de la terapia hormonal (TH) deben discutirse con los pacientes durante la toma de decisiones compartida antes de comenzar la TH.[1][52]

Medicamentos no hormonales para síntomas vasomotores

Una revisión sistemática y un metaanálisis de 43 ensayos de tratamientos no hormonales encontraron que el reemplazo de estrógeno fue significativamente más eficaz que las alternativas no hormonales.[53] Sin embargo, las alternativas no hormonales pueden beneficiar a las mujeres que no pueden tomar un estrógeno debido a que existen factores de riesgo o incapacidad para tolerar la hormonoterapia.[54]

Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina (IRSN)

  • Los ISRS y los IRSN son efectivos para tratar los síntomas vasomotores en mujeres que no pueden recibir hormonoterapia.[55][56][57]

  • Algunas evidencias indican que el escitalopram puede ser más eficaz que otros ISRS para reducir los sofocos.[57] Sólo la paroxetina está aprobada para el tratamiento de los síntomas vasomotores moderados a severos asociados con la menopausia.[33][58]

  • En un EAC de 8 semanas de duración de 339 mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas con síntomas vasomotores molestos, la venlafaxina (una IRSN) redujo la frecuencia de los síntomas en 1.8 veces más por día más que el placebo (P = 0.005).[59] El estradiol en dosis bajas pareció ser más eficaz (2.3 veces menos síntomas vasomotores por día que con placebo), pero no se comparó directamente con la venlafaxina en este estudio.[59] La venlafaxina puede ser una alternativa razonable para las mujeres que no pueden tomar un estrógeno.

  • En comparación con el placebo, la desvenlafaxina (un IRSN) redujo la frecuencia y la gravedad de los sofocos moderados a graves durante un período de 12 meses en un ensayo aleatorio comparativo de 365 mujeres posmenopáusicas con síntomas vasomotores molestos.[60] Como consecuencia de las preocupaciones con respecto a la seguridad de la desvenlafaxina en este grupo de población de pacientes, un análisis de seguridad aislado no encontró evidencias de riesgo aumentado de eventos cardiovasculares, cerebrovasculares, ni hepáticos asociados con la desvenlafaxina (en comparación con placebo) para el tratamiento de los síntomas vasomotores menopáusicos.[61]

Gabapentina

  • Los estudios indican que la gabapentina es moderadamente efectiva para el tratamiento de los sofocos.[35][62] Sin embargo, se reportan habitualmente efectos adversos como somnolencia, mareos e inestabilidad.[62] La gabapentina puede provocar un letargo intolerable cuando se usa durante el día.[35] Los efectos secundarios pueden mitigarse al dosificar solo por la noche, o al utilizar un régimen de escalada de dosis.

Clonidina

  • La clonidina, un agente antihipertensivo, reduce los sofocos pero puede ser menos efectiva que los ISRS/IRSN y la gabapentina.[35] La hipotensión puede ser un efecto adverso que limite el tratamiento.[63] Debe monitorizarse la presión arterial durante el tratamiento y en el rebote después de la descontinuación del tratamiento. Los parches transdérmicos producen niveles estables en la sangre y son preferibles a los preparados de clonidina oral.[35]

Síntomas de atrofia urogenital

Se pueden considerar los preparados vaginales de estrógeno en dosis bajas en mujeres con síntomas de atrofia urogenital.[17]

Una revisión de las bases de datos de Medline y la Cochrane mostró que los estrógenos vaginales son más efectivos que el placebo para mejorar la sequedad y disminuir la dispareunia, la urgencia urinaria y la frecuencia urinaria.[64] Las tasas de infecciones del tracto urinario también disminuyeron con el uso de estrógenos vaginales. Los niveles de estradiol en suero permanecieron dentro de las normas posmenopáusicas, excepto para los casos en que se usaron altas dosis de estrógeno vaginal en crema.[64]

En mujeres sin antecedentes de cáncer hormonodependiente, se puede continuar el tratamiento con estrógenos vaginales para el alivio de los síntomas y no existe evidencia alguna que recomiende una vigilancia del endometrio.[29] En el estudio observacional del Women's Health Initiative, el riesgo de enfermedad cardiovascular, de cáncer de mama invasivo y de cáncer de endometrio, fue idéntico entre las mujeres que eran usuarias de estrógeno vaginal y las que no lo eran.[65]

Los estrógenos vaginales no requieren reemplazo de progestina.

Los comprimidos vaginales de estradiol no producen una absorción sistémica significativa y se pueden usar a largo plazo, según sea necesario. Sin embargo, en octubre de 2019, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó limitar el uso de cremas vaginales de estradiol de alta potencia (que contienen 100 microgramos/g o 0.01% de estradiol) a un único período de tratamiento de hasta 4 semanas. Esto se debe a que se encontró que los niveles de estradiol en la sangre eran más elevados que los niveles posmenopáusicos normales y podrían resultar en efectos adversos similares a los observados con la terapia hormonal (TH) sistémica (oral o transdérmica) (p. ej., tromboembolia venosa, accidente cerebrovascular, cáncer endometrial, cáncer de mama). Esta formulación no debe usarse en pacientes que ya están bajo tratamiento con TH.[66] Por lo tanto, se pueden preferir otras formulaciones de estrógenos vaginales (p. ej., estrógenos conjugados en crema, comprimidos y anillos intravaginales de estradiol). No existen evidencias que sugieran que un preparado estrogénico vaginal sea más eficaz que otro.[67]

El ospemifeno es un modulador selectivo de los receptores de estrógeno indicado para el tratamiento de la dispareunia en mujeres posmenopáusicas. En un ensayo de fase III, el ospemifeno aumentó el porcentaje de células superficiales y redujo la dispareunia en comparación con el placebo.[68] Los sofocos fueron el evento adverso más frecuentemente reportado (ospemifeno 7% frente a placebo 4%).[68][69]

Sobrevivientes de cáncer de mama y cáncer ginecológico

Las recomendaciones consensuadas para el tratamiento de los síntomas de la menopausia después del cáncer de mama incluyen:[70]

  • En general, evitar el tratamiento con hormonoterapia menopáusica sistémica o estrógeno vaginal*.

  • Implementar medidas relativas al estilo de vida (p.ej., una dieta saludable, actividad física regular, abandono del tabaquismo, pérdida de peso, limitación o evitación del alcohol y mantenimiento de niveles adecuados de vitamina D y calcio).

  • Terapia no hormonal, farmacológica (p.ej., inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina/noradrenalina) y/o terapia cognitivo-conductual.

*Existen datos que sugieren que la hormonoterapia no aumenta el riesgo de recurrencia en mujeres que no presentan neoplasia maligna estrógeno dependiente.[71][72] Una revisión sugirió que el uso a corto plazo de la hormonoterapia puede resultar en una mejoría de los síntomas menopáusicos, tanto vasomotores como genitourinarios, en pacientes con cáncer ginecológico que no presentan neoplasia maligna estrógeno-dependiente.[71] El uso de estrógenos en mujeres con neoplasia maligna no dependiente de estrógenos debe ajustarse a la situación de la paciente.

El gel policarbófilo, un humectante vaginal, también se puede ofrecer como tratamiento eficaz para los síntomas de la atrofia vaginal, como la sequedad y la dispareunia.[73][74] La dispareunia es común en las sobrevivientes de cáncer de mama debido a la atrofia y la sequedad por falta de estrógeno. En un pequeño ensayo, la lidocaína redujo la sensibilidad en el vestíbulo vulvar de las sobrevivientes de cáncer de mama posmenopáusicas con dispareunia (puntuación media de dolor coital de 8 en una escala de 10 puntos), en comparación con la solución salina normal.[73] Se han aprobado la dehidroepiandrosterona intravaginal (DHEA) y el ospemifeno oral para el tratamiento de la dispareunia, pero no se ha determinado su seguridad tras cáncer de mama.[70]

Disminución de la libido

A las mujeres con un nivel preocupante de bajo deseo sexual y de cansancio físico se les debe aconsejar la suplementación con andrógenos como una opción, particularmente si no ha sido efectivo un estrógeno con o sin progestina.

La Endocrine Society de los EE. UU. recomienda no diagnosticar la deficiencia de andrógenos en mujeres menopáusicas sanas debido a la falta de un síndrome bien definido y no se dispone de datos que correlacionen los niveles de andrógenos con signos o síntomas específicos.[75] Consulte Disfunción sexual en mujeres.

Incontinencia urinaria de estrés

La rehabilitación del suelo pélvico puede ser útil para la incontinencia urinaria de estrés.[76] En un estudio, el 73.4% de las mujeres posmenopáusicas seleccionadas de forma aleatoria para una combinación de estriol intravaginal y rehabilitación del suelo pélvico durante 6 meses experimentaron una mejoría subjetiva en la incontinencia urinaria de estrés, en comparación con sólo el 9.71% de las mujeres del grupo control (sólo con estriol).[77] Ambos grupos señalaron mejorías en los signos y síntomas de la atrofia urogenital.

Alteraciones del sueño y síntomas en el estado de ánimo

Durante la menopausia, es común sufrir problemas tales como dificultad para dormir, o falta de descanso nocturno e interrupciones del sueño. El insomnio a menudo se asocia con sofocos (otros factores, como la depresión o la apnea del sueño, también pueden estar involucrados) Pero ningún estudio ha mostrado una relación fisiológica directa.

Algunas mujeres reportan que su sueño mejoró durante la hormonoterapia.[17][78] En una revisión sistemática de 11 estudios de calidad variable, la progesterona mejoró los síntomas vasomotores y la calidad del sueño.[79]

Datos de un estudio sugieren que el uso a corto plazo de la hormonoterapia puede mejorar el estado de ánimo y los síntomas depresivos durante la transición menopáusica y la menopausia temprana, pero los resultados del estudio son inconsistentes.[80][81] Existe evidencia que sugiere que la terapia cognitivo-conductual (TCC) puede tener una función beneficiosa en el tratamiento del estado de ánimo bajo y de la ansiedad en mujeres con síntomas menopáusicos después del tratamiento del cáncer de mama.[82] Faltan evidencias de buena calidad relacionadas con la terapia cognitiva conductual (TCC) específicamente en mujeres con depresión asociada a la menopausia temprana, pero dado el bajo riesgo de daño y la sólida base de evidencias para el tratamiento de la depresión en la población general, es una opción razonable en mujeres perimenopáusicas con depresión.[83]

Aunque la hormonoterapia u otras alternativas pueden mejorar los patrones de sueño, es necesario realizar una evaluación detallada de otros factores subyacentes que puedan precisar un tratamiento dirigido. Los trastornos del estado de ánimo, sobre todo la depresión, suelen mejorar con la hormonoterapia, aunque los antidepresivos convencionales pueden ser más eficaces.[84] Las mujeres con síntomas de depresión severa deben derivarse para una evaluación de salud mental.

Terapias alternativas o herbarias

En una revisión de la Cochrane de 43 ensayos aleatorios controlados que incluían fitoestrógenos se observó que hubo un enorme efecto placebo (del 1% al 59%) en la mayoría de los ensayos.[85] Esta y otras revisiones no han hallado pruebas concluyentes de que los fitoestrógenos, incluidas las isoflavonas, son efectivos para el tratamiento de los síntomas vasomotores menopáusicos.[33][85][86]

No se ha demostrado que la acupuntura, ni la reflexología mejoren significativamente los síntomas vasomotores en comparación con el placebo.[33]

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